La vida de un consultor
Por Abner Huertas
El reloj despertador marca las tres de la mañana dando inicio a la semana laboral. Las maletas ya están listas con la ropa para el viaje. El día anterior se corroboró la asignación de asientos, es mejor ir en las primeras filas. Una ducha, tomar café y salir para el aeropuerto. Aquí inicia la semana de un consultor.
Al llegar al aeropuerto hay que pasar a registrarse, se deja la maleta, se toma la dirección al registro de salida y por último a la revisión por los agentes de seguridad. Dentro del aeropuerto hay que buscar la puerta de abordaje. Si vas con tiempo podrás ir despacio, de lo contrario hay que correr. Ya estando dentro del avión solo hay que esperar el despegue. Si tienes “estatus” en la aerolínea quizá te hayan dado un ascenso, sino te conformas con el asiento en el que vas.
Este es un inicio típico de la semana de un consultor viajero. Salir temprano, trabajar con los clientes y regresar al finalizar el trabajo al final de la semana o a los quince días. Así se repite semana a semana, al menos cuando los proyectos lo requieren. Pero esto es solo una parte de la vida de un consultor.
La vida de un consultor está llena de aprendizajes. Cada cliente representa un nuevo reto, aprender cosas nuevas, enseñar y disfrutar de lo que haces. Enfrentarte a nuevas formas de pensar, nuevas culturas y nuevas formas de hacer las cosas, vienen con el paquete.
Todo esto te permite tener un crecimiento acelerado en comparación con un trabajo “tradicional”. También llegas a apreciar de una forma diferente tu país, a tu gente y el tiempo que pasas con tu familia.
¿Hay un lado negativo?, como todo en la vida ¡sí!. Estar fuera te hace perder de muchas actividades que tu familia o amigos realizan. Si eres casado tienes que estar dispuesto a estar lejos de tu familia, aunque con la tecnología te puedes comunicar con ellos, pero para muchos no es lo mismo.
La vida de un consultor está llena de crecimiento profesional, pero también de sacrificios personales. Lo importante de la vida de un consultor está en aprender a crear el equilibrio entre lo profesional como lo personal, porque cuando lo profesional acapara tu 100%, dejas de ser una persona para convertirte en autómata.
Si estás pensando en convertirte en un consultor, te digo que es una jornada retadora y que podrás desarrollarte increíblemente. También ten presente la importancia de aprender que estar lejos de los tuyos es únicamente en la distancia física, porque en los lazos emocionales tendrás que ser creativo para estar cerca.
La vida de un consultor no es fácil, pero está llena de satisfacciones.
El reloj despertador marca las tres de la mañana dando inicio a la semana laboral. Las maletas ya están listas con la ropa para el viaje. El día anterior se corroboró la asignación de asientos, es mejor ir en las primeras filas. Una ducha, tomar café y salir para el aeropuerto. Aquí inicia la semana de un consultor.
Al llegar al aeropuerto hay que pasar a registrarse, se deja la maleta, se toma la dirección al registro de salida y por último a la revisión por los agentes de seguridad. Dentro del aeropuerto hay que buscar la puerta de abordaje. Si vas con tiempo podrás ir despacio, de lo contrario hay que correr. Ya estando dentro del avión solo hay que esperar el despegue. Si tienes “estatus” en la aerolínea quizá te hayan dado un ascenso, sino te conformas con el asiento en el que vas.
Este es un inicio típico de la semana de un consultor viajero. Salir temprano, trabajar con los clientes y regresar al finalizar el trabajo al final de la semana o a los quince días. Así se repite semana a semana, al menos cuando los proyectos lo requieren. Pero esto es solo una parte de la vida de un consultor.
La vida de un consultor está llena de aprendizajes. Cada cliente representa un nuevo reto, aprender cosas nuevas, enseñar y disfrutar de lo que haces. Enfrentarte a nuevas formas de pensar, nuevas culturas y nuevas formas de hacer las cosas, vienen con el paquete.
Todo esto te permite tener un crecimiento acelerado en comparación con un trabajo “tradicional”. También llegas a apreciar de una forma diferente tu país, a tu gente y el tiempo que pasas con tu familia.
¿Hay un lado negativo?, como todo en la vida ¡sí!. Estar fuera te hace perder de muchas actividades que tu familia o amigos realizan. Si eres casado tienes que estar dispuesto a estar lejos de tu familia, aunque con la tecnología te puedes comunicar con ellos, pero para muchos no es lo mismo.
La vida de un consultor está llena de crecimiento profesional, pero también de sacrificios personales. Lo importante de la vida de un consultor está en aprender a crear el equilibrio entre lo profesional como lo personal, porque cuando lo profesional acapara tu 100%, dejas de ser una persona para convertirte en autómata.
Si estás pensando en convertirte en un consultor, te digo que es una jornada retadora y que podrás desarrollarte increíblemente. También ten presente la importancia de aprender que estar lejos de los tuyos es únicamente en la distancia física, porque en los lazos emocionales tendrás que ser creativo para estar cerca.
La vida de un consultor no es fácil, pero está llena de satisfacciones.
Comentarios
Publicar un comentario